miércoles, 27 de abril de 2016

#21 27 de abril, Día Mundial sin ruido

En un día del mes de febrero del año pasado iba por la calle acompañada de mi marido con muy mal cuerpo. Tenía estrés a causa de que uno de mis perros estaba enfermo y tuve que pasar el día anterior en la consulta del veterinario, expuesta a la luz artificial, ruidos estridentes y olores fuertes típicos de ambientes sanitarios. Estando toda tensa, por la mañana salimos a la calle y pasamos cerca de unos obreros que se encontraban haciendo una reforma en casa de un vecino. De repente, sonó el ruido agudo de la radial y me quedé colapsada, incapaz de hablar, respiración dificultosa y fuertes mioclonias. Aquel fuerte impacto en mis sentidos supuso el colapso de mi cuerpo y acabé en el hospital con una crisis aguda de la enfermedad mitocondrial. Tardé más de un mes en volver a andar y durante más de 48 horas no paré de temblar y sufrir fuertes sacudidas mioclónicas. Todo por una serie de factores ambientales que podrían haberse evitado o mejorado.

Las personas que tenemos hipersensibilidad sufrimos mucho a consecuencia de un mundo inadaptado a todo el que sufre los estragos de percibir los estímulos de manera exagerada. Cuando enfermamos, no hay nada que más nos aterrorice que tener que acudir a un hospital porque es un ambiente muy hostil, lleno de luces artificiales, olores fuertes, escasa intimidad...y el temido ruido.


La contaminación ambiental en los hospitales y centros de salud es un problema social que merma la calidad de vida de los enfermos. Las salas de espera de urgencias de los hospitales públicos, normalmente hacinados, parecen gallineros donde muchas veces los acompañantes de los enfermos no respetan el debido silencio que debe imperar, así como muchas veces el propio personal sanitario tampoco se comporta a la altura, ya sea obligado por las condiciones ambientales que les estresan o les obligan a utilizar un tono más alto, o por falta de conciencia social ante la problemática.


Los mitos somos especialmente sensibles a los ruidos tanto en los casos de adultos como niños. Nuestra enfermedad suele estar ligada a la Sensibilidad Química Múltiple, irritándonos mucho más.
Los adultos podemos manifestarlo ya que la mayoría no tenemos problemas de desarrollo madurativo, en el caso de los niños se torna más complicado ya que no se pueden expresar. Son muchos los padres que me cuentan que sus hijos están especialmente irritables y no saben como ayudarles. Suelo recomendar una serie de medidas de higiene ambiental y consejos útiles fruto de mi propia experiencia que en la mayoría de los casos son exitosos. Por citar algunos, destaco:

  • Evitar las luces tipo fluorescentes. Somos tan sensibles que vemos el parpadeo y esto puede desencadenar crisis epilépticas.
  • Usar gafas con cristales polarizados, tanto en interior como en exterior.
  • No poner la televisión, radio, música, etc. a volumen alto.
  • No usar juguetes que emitan sonidos agudos.
  • Tener especial cuidado con los productos de higiene, colonias, detergentes y suavizantes para la ropa que pueden causar reacciones cutáneas.
  • Evitar los olores fuertes.
  • Y sobretodo, EVITAR EL ESTRÉS.



Desde #FFPaciente junto a Enfermería TV, se ha lanzado un spot titulado "Respeta el silencio de los demás" donde he tenido la oportunidad de participar en el mismo. Hoy día 21 de abril, lanzamos un "grito" ante la sociedad para que haya mayor concienciación en cuanto a la contaminación acústica en el ámbito sanitario. Aquí tenéis el enlace donde podéis visualizarlo:


Es muy importante que se respete el descanso de los enfermos para su recuperación y se vigilen los turnos de visitas, que muchas veces en vez de hacer bien al enfermo, lo ponen peor. ¿Cuántas veces hemos entrado en una habitación a visitar a alguien y el ambiente era similar al de un bar? ¿y los acompañantes que se olvidan del que necesita descanso y pone la televisión alta? ¿o los teléfonos móviles que no paran de sonar? ¿incluso el teléfono fijo de la habitación? Son cosas que se pueden evitar y mejorarían sustancialmente la calidad de la estancia en el centro hospitalario.






Por otro lado, también los profesionales sanitarios sufren por esta contaminación. Falta de concentración, irritabilidad, fallos de comunicación con el paciente y sus propios compañeros, etc. dificulta que se proporcionen las condiciones laborales ideales para ejercer sus trabajos.


Aboguemos por ser los principales sujetos activos del cambio y que todos estos mensajes no queden solo en las reivindicaciones de un día y se conviertan en imperativo dentro de nuestros hospitales y centros de salud que tanto lo necesitan. ¡Feliz día guerreros!






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