Me gustaría compartir con
vosotros los días que me parecen especiales y ¡hoy es uno de mis favoritos! 21
de enero, día internacional del abrazo J
Este es uno de los abrazos más especiales de mi vida |
Este día fue creado en Enero de
1986 por Kevin Zaborney en Estados Unidos, se celebró por primera vez en Clio
(Michigan) y cada vez gana más seguidores por los beneficios que genera en la
salud y el espíritu que confiere. Hoy es el día perfecto para abrazar a tus
seres queridos, amigos o incluso, porqué no, a extraños! Pues la respuesta puede
sorprenderte llenándote el alma como jamás hubieses pensado.
Los medios de comunicación se hacen eco de este día porque son muchas las personas que con cartel en mano, se lanzan a la calle bajo la premisa de “abrazos gratis”. Aquí os dejo un vídeo de un ejemplo de las reacciones de la gente al ser abrazadas por desconocidos que se hizo en mi ciudad, Málaga:
Según muchos estudios, el
contacto humano mejora el desarrollo tanto físico como psicológico, e incluso se
baraja la hipótesis de que sean capaces de mejorar el sistema inmune, disminuir
los niveles de cortisol en mujeres y disminuir el riesgo cardiovascular (super
beneficioso para los mitos!!)
Me considero una persona cariñosa,
cercana a mis seres queridos y para mi abrazar es fundamental. Imaginaos que si
es importante en cualquier circunstancia normal, cuánto lo es cuando atraviesas
por una situación con tanta incertidumbre como la que genera padecer una
enfermedad rara.
Los mito guerreros solemos caer
con frecuencia ya que vivimos con la gasolina en reservas y pasamos gran parte
de nuestra vida en consultas médicas y hospitales. Es difícil acostumbrarse a
recibir malas noticias continu
amente y a veces te dan ganas de colgar los
guantes y dejar el ring. Es en esos momentos de pena y frustración donde los abrazos de los que nos rodean pueden darnos la energía suficiente para levantarnos y volver a ponernos las pinturas de guerra. Muchas veces también son reconciliadores, basta con que te estrujen fuerte para darte cuenta de que pese a todo, la vida sigue mereciendo la pena.
Desde que se supo la gravedad de mi situación, mucha gente no sabe cómo tratarme o reaccionar cuando me ven en la silla de ruedas. Me miran confusos, con pena, como si no fuera yo nunca más o estuviese sentenciada. Cuando me acerco a estas personas suelo abrazarles, fuerte, lento, y la tensión ante el no saber cómo comportarse cesa, las palabras surgen con más naturalidad y algunos ven que sigo siendo la misma persona (si gente, ¡sigo siendo yo! Y no hay cosa que me haga más feliz cuando me veis que abrazaros con cariño).
Me despido con un gran achuchón
que espero que traspase barreras, os llegue al alma y os cure las heridas. Y en
honor a este día, disfrutad de este cortometraje alemán llamado “Abrazo”, que
fue ganador de un festival de cortos en Europa.
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